La Rusia que nunca verá en postales

   Fotos y textos: © Alexander Petrosyan

  • San Petersburgo es quizá una de las ciudades más bonitas y llamativas del mundo. Existen numerosos palacios, canales, puentes o iglesias que fotografiar y conseguir un magnífico trabajo. Sin embargo, el fotógrafo no se queda solo en lo bonito y espectacular de sus calles, sino que trata de buscar el lado más grotesco y oscuro de la ciudad, aquello que resulta invisible para los turistas. Dice que lo más difícil es no repetirse, y que trata de alejarse de sus tradiciones para actualizar su pensamiento de vez en cuando y buscar así el cambio constantemente.

  • El galardonado fotógrafo Alexander Petrosyan ha pasado décadas descubriendo las dinámicas de su ciudad natal: la comedia y el drama cotidianos de una ciudad construida sobre contradicciones.

  • Alexander Petrosyan no cree que las imágenes puedan cambiar el mundo, pero sí cree que pueden ayudarnos a comprenderlo un poco mejor. Habiendo recibido su primera cámara como regalo de cumpleaños a los 12 años, el fotógrafo se retiró y volvió a la práctica de la fotografía varias veces antes de convertirse en profesional en el año 2000.

  • Su inspiración constante son las calles de San Petersburgo, donde ha vivido toda su vida. El centro histórico de la ciudad ocupa sólo unas pocas docenas de kilómetros cuadrados y Alexander se sabe cada esquina de memoria. "Cualquier fotografía que tomas mientras viajas", dice, "es mejor mantenerla en privado, el ojo de un turista sólo puede ofrecer una visión fugaz desde el exterior. Este es mi mundo", dice de San Petersburgo.

  • "Lo más difícil es no repetirse", dice. "Aléjate de tu propio estilo y tradiciones; Tienes que actualizar tu pensamiento y buscar el cambio constantemente".