Primera persona

Fotos: © Pepa de Rivera

Texto: © Manuel Bayo

Traducción: © Nacho de Los Ríos y Carmen Arias

  • Las imágenes de Pepa de Rivera son siempre sugerentes, personales, muy atractivas. No pretenden explorar los confines de la fotografía, sino los de su propia introspección a partir de los hechos casuales que la rodean, de manera intuitiva, muy poética. Son imágenes personales de situaciones normalmente accidentales, sin pretensión de constituir series ni nada parecido que las recluyan en su entendimiento: son imágenes muy abiertas, que pueden sugerir cada una de ellas las más diversas historias desde una sensibilidad muy definida.

    Estos relatos brevísimos que acompañan a las fotografías son fabulaciones a partir de un viaje del sur (Tierra de Fuego) al norte (San Pedro de Atacama) de Chile, con un afortunado (e inevitable, yendo en coche) paso por Argentina. Afectado por las sensaciones que, como lluvia finísima, me fueron penetrando, no he encontrado otra forma mejor de retenerlas para mi memoria. En los relatos ocurren cosas que se pueden asociar mentalmente con sitios, paisajes y luces (sobre todo por quién los conozca en la realidad o a través de lecturas, vídeos o fotografías) en todo similares a los vividos en este viaje. Pero fundamentalmente contienen momentos íntimos (que aunque guardan, lógicamente, relación con estos sitios, son en lo esencial indiferentes a ellos) y las fotografías de Pepa reflejan esos momentos con belleza, honestidad y simplicidad.

    El contraste entre textos e imágenes que, a simple vista, no parecen relacionarse (o no lo hacen con claridad) pero que parecen converger en su expresión íntima, me gusta. En realidad, además, el proceso ha sido en cierto modo al revés: fue Pepa quién me ofreció en sus imágenes esos momentos íntimos en torno a los cuales, a través de un proceso de identificación con mis propias experiencias de viaje, se han ido construyendo estos brevísimos relatos.

    Son dos construcciones en primera persona, la de las imágenes y la de los relatos que, despreocupadas de su falta de coincidencia formal, se traban en lo esencial.