Fotos and text: © José Quintanilla
El tiempo contemplado
Transitar el pasado, entre la memoria y el recuerdo, recorriendo paisajes impregnados de emociones y anhelos.
Descubrir ruinas de construcciones abandonadas, sepultadas por el paso de los años, cubiertas de un poso de desolación e indiferencia, imaginando los profundos secretos encerrados en sus piedras.
Posar la mirada en los restos del olvido, contemplando la terca acción de la naturaleza que impone sus ciclos para recuperar el espacio usurpado, floreciendo entre los escombros.
Reivindicar los lugares ajenos, recuperando la belleza de lo que no ha sido hecho como tal, sino creado por la necesidad y el trabajo, el azar y la modestia.
Tomar conciencia del paso del tiempo, inexorable, y la impermanencia de las cosas materiales a las que nos aferramos, a pesar de lo breve de nuestro existir.
"El tiempo, sin ningún apoyo ni centro de gravedad sobre el que sostenerse, se precipita, transcurre imparable"
Byung-Chul Han (El aroma del tiempo)