Sobre la utopía

   © Eduardo Ruigómez

El concepto de utopía ha cruzado un largo viaje por la historia. Quizás empezó con Adán y Eva en su fuga clandestina, huyendo de Dios, en busca de un futuro mejor. Visto así, los primeros hombres en la Tierra vulneraron las reglas vigentes del Paraíso Terrenal. Pensaron que algo mejor les esperaba al otro lado, allá dónde lo desconocido es tan tentador que merece la pena dar un paso adelante en busca de la realización de nuevos escenarios, frescura y aventuras por descubrir. La primera pareja del planeta, decididos a explorar el más allá, iniciaron el viaje de la humanidad.

Este viaje histórico ha llegado al presente cargado de toneladas de proyectos, aspiraciones y ensueños ilusionantes. La última propuesta nos la ha vendido Donald Trump, el nuevo Presidente de los Estados Unidos de América, que llega con mucha apariencia y hojarasca. En un ejercicio paralelo al de Adán y Eva, Trump, en sus primeros pasos rompe con un espacio hasta ahora equilibrado, con sus problemas y bondades. El mundo tiembla y mira por el espejo del retrovisor. Es entonces cuando surge la nostalgia.

Me parece interesante aportar un colofón al trabajo con unas pocas citas de escritores que han dedicado atención a la utopía:

Historia de la Utopía
© Jean Servier

"Platón reconoce el deseo de expansión de las ciudades movidas por un afán de rapiña o por la voluntad de satisfacer las necesidades crecientes de sus miembros; pero la ciudad antigua no se siente encargada de cumplir una promesa divina, ni de realizar misión alguna..."
"La utopía es la reacción de una clase social. La visión tranquilizadora de un porvenir planificado, que expresa por medio de los símbolos clásicos del sueño su deseo profundo de volver a encontrar las estructuras rígidas de la ciudad tradicional..."
"La utopía es como un sueño que alivia su Weltschmerz, su dolor de mundo, dolor de vivir, siempre de la misma manera, con pocas variantes en sus temas y modos de expresión en cualquier momento de la historia. Ante todo, es una voluntad de regresar a las estructuras inmutables de una ciudad tradicional de la que quieren ser los maestros ilustrados, una ciudad que se levanta por encima de las aguas turbias del sueño como una isla en los confines del océano, como la Ciudad del Hombre liberado de sus angustias al final de la noche..."
"Al abordar las orillas del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón estaba seguro de tocar la Tierra Prometida del Antiguo Testamento, cerca de Paraíso Terrenal. Tan grande era su convicción, que escogió para acompañarle a Rodrigo de Jerez, un judío convertido que conocía el hebreo y el arameo, idiomas que debieran hablar los habitantes de la Tierra Prometida, del Edén reencontrado."Citas extraídas del libro Historia de la Utopía, de Jean Servier


500 años de ‘Utopía’
© Francisco Martínez Mesa es profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid.

"¿Qué distingue a nuestros desgraciados conciudadanos de los felices habitantes de Utopía?, se pregunta Moro. ¿La ausencia de propiedad privada? ¿El clima de igualitarismo y tolerancia? A decir verdad nada, tan sencillo –y al propio tiempo- tan complejo como el gobierno de sus vidas y la conservación de su capacidad para intervenir y adecuar la realidad a sus verdaderas necesidades. Porque, a diferencia de otros muchos pueblos salvajes de tierras indómitas, los utopianos no viven aislados del mundo. Tienen noticias de los males de la civilizada Europa pero no desean correr su misma suerte. Y si para ello tienen que romper aquel istmo que les unía a tierra firme, sin duda lo harán..."
"Moro no nos ofrece, por tanto, en Utopía, una visión placentera de la realidad. Más bien, se sirve de una tradición crítica para desmontar las piezas que componen la sociedad y a partir de ahí diagnostica los males que la aquejan sin distinguir entre verdugos y víctimas. Su inscripción en el aquí y ahora es total, muy distante de la imagen idealizada que se ha tratado de trasladar. A partir de su relato, pues, el autor nos invita a reflexionar sobre las posibles causas de nuestra común desdicha insistiendo especialmente en la universalidad del sufrimiento: habrá quien muera rico y quien lo haga necesitado, pero ninguno de ellos lo hará en paz."Citas extraídas del artículo editado en El País el 14 de mayo de 2016.

Historia de las utopías
© Lewis Mumford

"Durante mucho tiempo Utopía ha sido otra forma de llamar a lo irreal y lo imposible. Tendemos a confrontar la utopía con el mundo, cuando, de hecho, son las utopías las que nos hacen el mundo tolerable: las ciudades y mansiones con las que ssueña la gente son aquellas que finalmente habita."
"El mundo de las ideas sirve a diversos propósitos. Dos de ellos tienen un gran peso en nuestra investigación sobre la utopía. Por un lado, el pseudoentorno o idolum es un substituto del mundo exterior: una suerte de casa o refugio al que escapamos cuando nuestros choques con la <<dura realidad>> se hacen demasiado complicados de sobrellevar o demasiado difíciles de afrontar. Por otro, por medio del <<idolum>> los hechos del mundo cotidiano, condensados, clasificados y filtrados, configuran un nuevo tipo de realidad que se proyecta contra el mundo exterior. Una de sus funciones es la fuga o la compensación: la búsqueda de una liberación inmediata de las dificultades o frustraciones que nos han tocado en suerte. La otra es tratar de establecer las condiciones de nuestra liberación futura. Llamaré a las utopías correspondientes a esas dos funciones utopías de escape y utopías de reconstrucción, respectivamente. La primera deja el mundo tal como es; la segunda trata de cambiarlo , de forma que podamos interactuar con él en nuestros propios términos. En un caso, construimos castillos imposibles en el aire; en el otro, consultamos al agrimensor, al arquitecto y al albañil y procedemos a la construcción de una casa que satisfaga nuestras necesidades básicas, hasta el punto -claro está- en que las casas hechas de piedra y argamasa puedan lograr tal fin.
Citas extraída del libro Historias de las utopías, de Lewis Mumford

Utopía
© Alicia Almárcegui

"El siglo XX es el de las utopías. El nacionalsocialismo de Hitler, el sionismo, el socialismo real, el fundamentalismo, los nacionalismos extremistas, dictaduras de izquierdas y de derechas, sectas determinadas, etcétera, son ejemplos de utopías nefastas. Cuando la realidad de la naturaleza humana y de las cosas ha chocado con las cosas, peor para la realidad". Ésta es la ley inexorable y urgen las exclusiones por motivos de raza, clase social, religión, sexo, patria, etc. Tal vez por eso determinadas utopías tienen periodos de existencia tan cortos."Cita extraída del artículo editado en fronterad