Cuadernos

Esta serie de trabajos hecha entre los años 2009 y 2013 constituye una parte fundamental de mi propuesta general dentro del espacio de la fotografía. Es difícil establecer cómo y sobre todo cuando comienza una idea a verse reflejada en un resultado concreto que la represente con fidelidad.

Muchos de los elementos contenidos en la serie ya venían formando parte de mi cotidiano, eran una especie de “costumbre de la razón” y no fue fácil verlos y sobre todo considerarlos como necesarios a la hora de producir piezas físicas. Pero como he dicho eran demasiado míos, a fuerza de verlos terminé por apropiarme de ellos considerándolos en algún momento como imprescindibles. Inclusive algunas de esas fotografías que solamente me vinieron dadas por el azar. No ha sido pues necesario vincular la presencia de los contenidos heredados con los propios porque de alguna forma son lo mismo.

El trabajo fue desarrollándose sin prisas, sin necesidad de constituirse como una muestra de mi propia propuesta; más por jugar que por proponer, más por probar que por demostrar. Y con esa falta de pretensión comenzaron a agruparse por años estas piezas que llamé “Cuadernos”.

Como en un cuaderno en el que se anotan cosas cada día, como en una superficie en la que se pueden multiplicar los pensamientos y las vivencias, fueron consolidándose esas ideas y convirtiéndose en objetos. Básicamente consisten en relacionar un fondo con una superficie, una imagen receptora con un retrato o un fragmento de retrato, propio o ajeno.

Puesto que la memoria es fragmentaria, quise (no se si conscientemente) hacer que la pieza final estuviese completada por el observador, que no todo estuviese dicho, ni siquiera insinuado. Tal vez la idea personal de la observación sea capaz de dar sentido propio a esa memoria. No es como si yo quisiera contar algo en cada cuaderno, más bien es como si cada cuaderno nos quisiera proponer un juego entre presente y pasado, entre su luz y su penumbra. Ese pasado y ese presente se debaten en un constante juego seduciéndose mutuamente y dejando que nosotros mismos seamos quienes le demos un sentido determinado. Así, utilicé la transparencia para permitir esa fusión, para vestir a cada pieza de una identidad en dos partes bien diferenciadas. Creo que en el tiempo en el que se ha ido desarrollando la serie ha habido posibilidad de entrar en el campo de la reflexión personal e ir viendo de qué forma se abren constantemente posibilidades expresivas a partir de la germinación de una semilla.

La naturaleza de los cuadernos, el énfasis en conceptos como fugacidad, ausencia o caducidad me ha hecho recurrir a bancos de fotografías dándoles la oportunidad de pertenecer a otra intención, un renacimiento que tiene más que ver con su carácter particular que con el mío.

Barcelona, mayo de 2015