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Aquí está quizás nuestra propuesta, reducir la imagen a su grado cero.

Como tantos otros ya hicieron, como los silencios de Malevitch, como la palabra ausente de Lord Chandos, como en todos los períodos en los que la apatía de crear estaba dando paso a la imitación indiscriminada.

No proponemos resultados ni novedades, sólo creemos que una vez mas en la historia es el momento de volver a comenzar. Habiendo terminado la casa donde habitábamos es momento quizás de destruirla para volver a comenzar, volver a construir.

“Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo nunca” decía el poeta García Lorca.

En nuestra búsqueda revisamos el lenguaje y proponemos una solución común: comenzar de nuevo las preguntas, y no concluir jamás las respuestas. Queremos recuperar la imaginación del que comunica o del que es comunicado, dejar abierto un discurso que sea la libertad en la infinitud, el tiempo extenso, la palabra muda que no es palabra sino todas las palabras existentes o por existir.

Quizás, si nos faltan las preguntas, debamos dejar de hacerlas….quizás sólo debamos parar el lenguaje y contemplar, contemplar en silencio. Aprender de nuevo a mirar, sin presuponer, sin conocer…volver a descubrir. Descubrir es nuestra única manera de recuperar las manos para construir, habitar, sentir….

Nuestro lugar son los horizontes, las extensiones infinitas; son el blanco y el descanso, son la ausencia de forma por el contenido del que mira, son la percepción como experiencia, la imagen como tiempo, tacto sin concepto, quizás un olor sutil y memoria. Proponemos en definitiva no una imagen sino una experiencia como búsqueda de la verdad.