Arquitectura

© Guillermo Labarca

Dice Berenice Abbot (pionera de la Escuela de Duesseldorf) que Atget “tenía la capacidad de llenar de experiencia humana la inhumana fotografía arquitectónica”. Cosa que no parece que ocurra con otros miembros de la escuela de Dusseldorf: Becker, Gursky, Strutt, etc. A menos que la “humanidad” de esta corriente fotográfica sea muy diferente de la de Atget, tiempos distintos, técnicas diferentes, personas con experiencias vitales difícilmente comprables. Quizás el humanismo de la fotografía moderna sea el de esta época, es decir sin presencia humana. Es curioso ver como estos fotógrafos muestran arquitecturas concebidas y realizadas por personas y, naturalmente, para la gente, sin que esta aparezca en sus imágenes. ¿Es esto un rasgo de nuestros tiempos? ¿La arquitectura está reflejando este despojo de la presencia humana o son los fotógrafos que se ocupan de ello los que prefieren eliminar a la gente de sus imágenes?

La fotografía arquitectónica ha sido un factor central para que la arquitectura adquiera un valor que trascienda sus funciones utilitarias. La difusión de las ideas arquitectónicas ha sido posible gracias a la fotografía, sin ella (algo inconcebible hoy día) sabríamos muy poco de lo que se hace en lugares lejanos, ni tampoco tendríamos imágenes significativas de edificios a los que no podemos acceder físicamente. Hay una simbiosis entre ambas artes. Esta simbiosis nos permite además apreciar los cambios que van ocurriendo en las ciudades y el significado y el mutante valor simbólico de ciertos edificios. Nos hace ver ángulos, detalles, rincones que a simple vista pasarían desapercibidos, por medio de encuadres, enfoques y desenfoques, selección de objetos en la imagen, intervenciones y tantos otros recursos fotográficos. La historia de esta simbiosis refleja tanto el papel simbólico de la arquitectura y su evolución como las ideas predominantes sobre el lugar donde habitamos que dominan cada época. Atget fotografiaba la intimidad de los barrios, aquello que estaba más cerca de las personas que por ahí circulaban. Hoy día los fotógrafos de arquitectura enfatizan la monumentalidad, el urbanismo que se nos impone, enormes galpones e instalaciones industriales, el hacinamiento en edificios enormes, parece casi un grito desesperado por escapar de este hormigón que se nos viene encima y que nos disminuye tanto que quedamos reducidos a nada.